
Ante un suceso traumático no todas las personas reaccionamos igual. ¿Por qué?, porque tiene que ver con la forma de vivir la experiencia y su evolución y depende principalmente de factores externos (tipo de evento, gravedad, lo inesperado, quién intervino, el riesgo que se vivió, el daño que causó y el dolor que se experimentó) y de factores internos (recursos emocionales que cada persona tiene y la red de apoyo con la que cuenta).
Por ello es muy importante que la persona pueda tener contención emocional que la ayude a tranquilizarse, a recuperar la confianza y a restablecer su estabilidad y control, a través de la empatía y la escucha activa, en un espacio apropiado, donde pueda expresar sus sentimientos.
Uno de los objetivos de la contención es brindar orientación que le clarifique tanto las acciones a implementar, como la comprensión de la situación que está viviendo y, al mismo tiempo favorezca la agencia de la persona.
Silvia García Castañeda
Tanatóloga